Me tienes y soy tuya, de Ángela Figuera Aymerich
Me tienes y soy tuya. Tan cerca uno del otro como la carne de los huesos. Tan cerca uno del otro y, a menudo, ¡tan lejos!… Tú me dices a veces que me encuentras cerrada, como de piedra dura, como envuelta en secretos, impasible, remota… Y tú quisieras tuya la llave del misterio… Si no la tiene nadie… No hay llave. Ni yo misma, ¡ni yo misma la tengo!